28 de marzo de 2010

HASTA SIEMPRE BEBE



El Jueves 24 de marzo a las 20:08 hs. recibí la llamada de Eduardo Orlandi desde Rancul quien me daba la triste noticia que nuestro amigo y correligionario Bebe Gianinetto había fallecido. Nacido en 1946, con sólo 64 años y una salud deteriorada, nos dejaba un gran militante pero por sobre todas las cosas, un gran tipo.

Es difícil explicar la tristeza, los sentimientos no se explican. De alguna manera representaba, para quienes tuvimos la suerte de conocerlo y llevamos a la UCR en el corazón, el modelo de militante que le da sentido a su vida a través de la pasión por una causa. Y eso era Bebe como Radical.

Hacía tiempo que venía mal. Creo, como muchos, que la derrota de la UCR y de su amigo y querido Eduardo Orlandi significó un fuerte golpe que no pudo superar. Él, que tanto había hecho porque la UCR triunfe por primera vez en Rancul allá por 1991, no aceptaba haber sido vencido por un puñado de votos.

Recuerdo que en noviembre de 2008 lo fui a ver a Chamaicó para invitarlo a mi asunción como Presidente del Comité Provincia. Había pasado un año desde la elección. La diabetes le estaba afectando su visión y su estado de ánimo no era bueno; se emocionaba cada vez que algún dirigente o amigo lo visitaba. Ese día me dijo con lágrimas en los ojos: - Mauro, hace tantos días (no recuerdo bien, pero él los tenía contados) que no voy al Comité. Quien cuenta así, como el preso cuenta los días que lleva en la cárcel, es porque siente que no hay otra cosa más importante para su vida que ese lugar sagrado que representa el comité para nosotros los radicales.

La última vez que lo vi fue hace unas semanas cuando estaba internado en el hospital de mi pueblo. Cuando me fui, como pasaba siempre, el Bebe lloró, no sé porqué, pero fue como una despedida.

Es inevitable que cuando una persona como el Bebe se va uno se sienta un poco más sólo en el Partido. Esto es porque son personas como él quienes lo sostienen, quienes han estado en las peores épocas y han sido protagonistas de nuestra supervivencia. Son los que le dan el verdadero sentido a la política y son los que a uno le dan las fuerzas necesarias de luchar pese a todo. El Partido son los hombres y mujeres más o menos anónimos que son y serán Radicales, donde sea, como sea y contra quien sea.

Si la política no se encamina a mejorarle la vida a la gente no tiene sentido. Bebe era un Radical con mayúsculas, vivía para el Partido y vivía para los demás. Decenas de hechos son testimonio de su invalorable solidaridad. Por su casa de Chamaicó pasaron cientos de personas, a pedir ayuda, a buscar refugio o a pedir consejo, para todos ellos siempre estuvo.

El miércoles 25 fuimos a Rancul para despedirlo, y la cantidad de gente que lo acompañó es prueba suficiente de su calidad de persona.

Se fue también como él quería, envuelto en la bandera del Newbery, el club de sus amores y la Roja y Blanca Radical. Se fue envuelto en sus dos pasiones; al fin y al cabo tuvo una vida marcada por la pasión.

Nos tocó hablar a Eduardo Orlandi, Juan Carlos Olivero y a mí. Me quedo con las palabras que Juan Carlos pensó en voz alta: - algún día nos encontraremos nuevamente y seguramente será en un Comité (porque si donde fuiste Bebe – pensé yo - no hay Comité, vos seguro ya estás abriendo uno).

Hasta siempre Bebe, los que quedamos seguiremos luchando por la UNION CIVICA RADICAL, y trataremos de ponerle toda la pasión. No sé si llegaremos a tanta porque es difícil tener un corazón tan grande como el tuyo, pero estate seguro que haremos el esfuerzo. Chau Bebe y gracias. ABRAZO RADICAL, como corresponde.

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