26 de julio de 2009

Sobre el Diálogo en La Pampa

Luego del llamado al diálogo por parte del gobierno nacional, el cuál al día de hoy prevé resultados inciertos, fue insistente la pregunta acerca de la actitud que debía asumir el gobierno de nuestra provincia en dicho sentido.

Parte de los problemas de la provincia no son ajenos a los que afectan al país, a su vez existen cuestiones propias que es necesario avocarse a resolver y también hubo un mensaje en las urnas que es preciso escuchar.

Así como partimos de una actitud de desconfianza hacia el gobierno nacional por los antecedentes mostrados, lo mismo nos pasa respecto del gobierno provincial. Los antecedentes no son propicios, ni pareciera haber predisposición para el diálogo por parte del Gobernador.

Oportunamente se llamó a la oposición para tratar y debatir la cuestión hidrocarburífera, puntualmente a efectos de resolver una situación contractual con Petroquímica Comodoro Rivadavia, para lo cual se conformó una comisión que debía además debatir sobre una Política de Estado. Resuelto para Jorge el problema puntual, la Comisión dejó de funcionar, incluso cuando más necesario era el debate, pese a los reiterados pedidos y planteamientos por parte de los nuestros Diputados.

Los empleados estatales no han corrido mejor suerte, el diálogo se demoró, y el conflicto se alargó de manera innecesaria.

Al respecto bueno es recordar que el propio Gobernador llamó a los intendentes, para que lo ayuden ante los justos reclamos de los empleados estatales. La comunicación con estos tampoco mejoró.

Respecto del sector del campo ha tenido similar actitud y es de esperar que ante la solicitud realizada por productores por fin decida escucharlos.

Ante todos estos antecedentes, y más allá de las bajas expectativas que se puedan tener, sería deseable que el Gobierno Provincial pudiera escuchar.

En primer lugar no pueden dilatarse en el tiempo conflictos que es necesario y justo resolver, la situación de los empleados públicos, la crisis en el sistema de salud, la discusión de la cuestión productiva, política petrolera y crisis del campo, la política educativa. Las necesarias reformas que mejoren la situación institucional., consejo de la magistratura, crisis de la justicia, sistema de control público.

En dicho marco también es necesario que se escuche a las fuerzas políticas para que puedan fijar sus posturas sobre estas y otras cuestiones.

Deben ser escuchados también los Intendentes, para que pueda el Gobernador enterarse y se busquen soluciones para los problemas que hoy existen en los pueblos. La crisis social es una triste realidad que se profundiza día a día, el desempleo, la falta de oportunidades, las dificultades de muchos pampeanos para atender sus necesidades básicas son temas de agenda prioritarios. Son los intendentes a los primeros que se les golpea la puerta para solicitarles solución a las necesidades existentes. Son ellos a los que el gobernador hoy debe llamar para buscar soluciones.

En la Cámara de Diputados también es necesaria una mayor apertura y que se traten los proyectos de la oposición, que se dé oportunidad para el debate.

El diálogo es un camino que en nuestra provincia no se ha recorrido, las soluciones a los problemas que hoy tenemos no se encontrarán desde el aislamiento. para que pueda el Gobernador enterarse y se busquen soluciones para los problemas que hoy existen el los pue

12 de julio de 2009

APUNTES SOBRE EL DIALOGO


El llamado al diálogo realizado por el Gobierno Nacional provoca más preguntas que certezas.

Oponerse per sé al diálogo implicaría una actitud de soberbia contraria a lo que venimos pregonando y a la necesidad de convivencia y normalidad que es una de las exigencias principales de la sociedad argentina.
Pero aceptar el “diálogo” sin más puede implicar una nueva frustración y una baja aún mayor en la calidad de la política argentina.

Es necesario no rechazar el diálogo, tanto como actuar con prudencia y realizar las exigencias necesarias que marca la realidad que estamos viviendo y la falta de confianza del gobierno nacional.


En primer lugar debe establecerse entre quiénes será el diálogo, en segundo lugar sobre qué debe versar el diálogo y en tercer lugar dónde debe ser el ámbito para el diálogo, todo ello teniendo en cuenta el resultado de las elecciones, el nuevo mapa político que se ha configurado y las demandas de una sociedad que se manifestó a través del voto.


De la respuesta a estas cuestiones dependerá que el diálogo sea serio, racional y responsable, que nos coloque en la senda de la construcción de un proyecto nacional que nos dé nuevo impulso ante el bicentenario o que entremos en el juego de un gobierno en retirada, que quiere ganar tiempo y que en definitiva sólo desea recuperar aire para seguir manejándose de la misma forma arbitraria con que lo viene haciendo.


Lamentablemente los antecedentes no acompañan el llamado realizado, por ello es necesario establecer un marco adecuado.


No debemos olvidar que hay un nuevo mapa político y que quien hoy llama lo hace desde el llamado de atención que le realizó el electorado con un contundente voto no positivo a su gestión. También es verdad que esa misma sociedad no configuró a través de la expresión de su voluntad, una única fuerza mayoritaria o predominante, sino varias fuerzas políticas, algunas más importantes que otras por cierto, distribuyendo el poder de manera tal que es a través del consenso que deberá este país comenzar a tomar decisiones.


Y en este sentido la Unión Cívica Radical, y el frente panradical – socialista, tienen un rol ineludible que cumplir.


Nuestra fuerza política no debe asistir sin una postura clara sobre las preguntas que arriba nos hacíamos, sin el reconocimiento de ser la principal fuerza política del país. Si acaso de verdad queremos fortalecer el sistema de partidos de la argentina se debe empezar por respetar a los partidos políticos de la argentina. Y a decir verdad, por más que a muchos les cueste reconocerlo, y con el respeto que nos puedan merecer el resto de las fuerzas políticas, el panradicalismo y el socialismo, no son Pino Solanas, ni Sabatella ni siquiera el properonismo que ve reducida su representación a la Capital y la Provincia de Buenos Aires.


Si queremos respetar también el federalismo del que tanto se habla, debemos por comenzar respetando a las verdaderas fuerzas federales de la República.


Y esto no es soberbia ni mucho menos, es requerir el respeto necesario, pues el diálogo parte del respeto como condición necesaria para arribar a los acuerdos que aquel presupone.


En segundo lugar, se debe fijar de antemano la agenda de prioridades, pues la urgencia de la situación que vive nuestro país no admite agendas vacías o que se eternicen y mueran en el tiempo de tan extensas.


En tercer lugar el principal objetivo que debe tener es el de recuperar lo que más le falta a este gobierno, y que tanto está afectando a nuestro país, la credibilidad. Y para recuperar credibilidad es fundamental el lugar, el ámbito y los actores que participarán del diálogo.

Las elecciones legislativas marcaron un nuevo mapa político, tiraron por el suelo la agenda que venía marcando el oficialismo, y configuraron un nuevo Congreso Nacional, al cuál siendo receptor de la nueva realidad política se ha cargado también de una nueva responsabilidad.

Por ello, la agenda no puede ser marcada por el gobierno nacional, su agenda fue derrotada el día 28, el primer acuerdo que debe existir es precisamente el de la agenda.

En segundo lugar no es la Casa Rosada ni ningún hotel lujoso de la capital argentina el ámbito del diálogo. El único ámbito posible es el Congreso Nacional, el cual debe ser lo que en realidad siempre debió haber sido, el lugar del debate nacional donde se marquen las grandes políticas de un proyecto de país.


Es desde allí donde debe nacer el diálogo, donde están los actores dotados del nuevo mandato popular, y desde donde deberá llamarse a los distintos representantes de la realidad nacional para que expresen sus opiniones, ideas y proyectos.


Permitir que sea el Sr. Aníbal Fernández quien comande el diálogo en la argentina es de entrada apostar por su fracaso. El gobierno no debe hacer que escucha, el gobierno debe ser parte del diálogo. Sino no habrá diálogo.


No podemos ser partícipes de un nuevo fracaso, ni entrar en el juego político kirchnerista. Debemos partir de la necesidad que el Gobierno Nacional demuestre en hechos y no en palabras que escuchó el mensaje de las urnas. Varias veces antes la Presidenta llamó al diálogo, para que saliera en los titulares, más no para que prospere. La última vez que lo hizo fue en la apertura del período de sesiones de este año, y en el mismo momento que lo hacía, el hoy Jefe de Gabinete Aníbal Fernández menoscababa a una dirigente de la oposición declarando que “no le llegaba el agua al tanque” (sic).

Deberán demostrar que pueden cambiar, no tenemos porqué creer que han cambiado.

La argentina necesita recuperar credibilidad, sin credibilidad, no habrá políticas que tengan éxito, no habrá nuevo Indec, ni Consejo de la Magistratura, ni mayor empleo, ni menor pobreza, ni mejor educación, ni mejorará la economía.

Creo que esa es nuestra tarea, dialogar para cambiar, para cambiar la argentina, y mejorar la calidad de vida de los argentinos. Para ello también debemos mejorar la calidad de la política y para ello, debemos empezar exigiendo el respeto necesario.

Nuestra responsabilidad es no fracasar, para que el diálogo sea lo que su acepción marca, es decir "una discusión o trato en busca de avenencia", y la avenencia es "conformidad o unión." Es entonces esa nuestra responsabilidad, dialogar en la búsqueda de la Unión. Nuestra responsabilidad es en definitiva la UNION de los ARGENTINOS. Para eso SÍ DEBEMOS DIALOGAR.


7 de julio de 2009

El 28 de Junio y los desafíos hacia adelante

Las elecciones del 28 de junio son un paso más en el camino de consolidación de nuestro partido y del Frepam, claro que el resultado absolutamente positivo implica plantearnos nuevos desafíos a futuro.

Un simple análisis de los resultados nos dice que de los 26 pueblos que representan el 85 por ciento del padrón electoral obtuvimos el triunfo en 15 de ellos. Ratificamos nuestra posición en Santa Rosa y ganamos en pueblos donde nunca se había ganado o hacía mucho tiempo que no se lograba un triunfo como Realicó y General Acha. Se ganaron muchos pueblos y en la mayoría de los que se perdió se hicieron igualmente excelentes elecciones, como ejemplo de ello podemos mencionar Ingeniero Luiggi y Quemú Quemú.

De los resultados obtenidos se observa también que la diferencia el oficialismo la obtuvo en General Pico y las localidades del oeste provincial, en estos lugares la performance de nuestra fuerza estuvo por debajo de la media provincial. Es importante que ante esto pongamos los esfuerzos necesarios a fin de mejorar, debiendo antes que nada apostar al fortalecimiento de las estructuras partidarias locales.

El buen resultado obtenido no debe hacernos olvidar que necesitamos de una autocrìtica, que sea constructiva, que nos permita ver un horizonte mejor. El tránsito de una fuerza de oposición a un partido de gobierno es un camino que debe hacerse con esfuerzo, inteligencia y pensamiento estratégico. A medida que nos vamos consolidando en el camino hacia un Partido de Gobierno las responsabilidades aumentan y las herramientas que eran útiles en el pasado no necesariamente lo son en el presente. Por eso es importante también profundizar el trabajo partidario y la relación interpartidaria en el Frente.

A dos años vista de las elecciones provinciales del 2011, debemos estar satisfechos con el trabajo y los resultados obtenidos, dijimos desde un principio que estas elecciones además de la importancia que tenían por la particular situación política nacional, debían constituirse en un mojón hacia ese objetivo mayor que es gobernar La Pampa.

Hemos dado un paso más en ese sentido, ahora debemos profundizar el trabajo, hacer los cambios necesarios, apoyar y acompañar a los dirigentes de los pueblos que han visto renovadas sus energías con esta elección.

Ha sido una elección que ha mostrado a dirigentes y militantes locales con un compromiso digno de destacar, lo que nos hace sentir orgullosos de nuestro partido y agradecidos por el esfuerzo que todos han realizado.

Si continuamos con este compromiso, si todos entendemos la responsabilidad que en este tiempo nos cabe, si no nos dejamos tentar por actitudes individualistas y nos proponemos hacer lo mejor por el Partido, no tengo dudas que el 2011 nos encontrará con la mejores posibilidades desde el inicio de la Democracia de conquistar el Gobierno Provincial. Cada uno desde su lugar deberá preguntarse qué puede hacer o dar para lograr por fin ese objetivo.