DEBEMOS SER EL PARTIDO DE LA RACIONALIDAD

Kirchner ha provocado mucho daño, qué duda cabe, pero el mayor daño es el que está por venir si logra lo que busca, hacer que el país entre en un camino de locura con consecuencias impredecibles.

Leer las declaraciones de los dirigentes, más allá de alguna que otra excepción, es la prueba de que nos acercamos peligrosamente a caminos que va a ser difícil de desandar, así como la sociedad argentina estuvo atravesada por una cultura menemista, hoy puede ocurrir lo mismo, básicamente más que en la sociedad, en la dirigencia y los distintos factores de poder. La cultura kirchnerista, que no es más que una versión perfeccionada o “full” de la menemista, no debería arrastrar a dirigencias de todo color a disputar “la política” en el terreno del todo vale.

Esta herencia de disputa de diferencias en base a una confrontación sin límites será una de las cargas más pesadas que quedarán luego del paso de los K por el poder. Salvo que a tiempo nos demos cuenta que se debe contraponer a ello una alternativa que traiga racionalidad.

Y es este el rol que debe jugar el Radicalismo, el Radicalismo debe ser el partido de la Racionalidad, de la responsabilidad, de las cosas bien hechas, de las formas contrapuestas, de la negativa a adoptar formas K de disputa electoral.

Debemos tomar conciencia que estamos ante un futuro incierto, que la crisis económica no es cuento, sino una realidad y que aún no ha alcanzado su pico máximo y que lo peor que le puede pasar a una sociedad es pretender enfrentar la crisis económica en medio de una crisis política. Eso es lo que se ha generado desde el gobierno, eso es lo que algunos confundidos opositores pretenden replicar erróneamente.

El gran problema de arrastre de nuestro país es político, sin equilibrio político solo recorreremos callejones sin salida. Un solo ejemplo, el K del primer año de gestión, (mas allá de sus historias de abuso de poder en Santa Cruz) más débil políticamente, sabiendo de los límites de su poder, conformó una Corte con hombres probos e independientes. El Kirchner de los años siguientes con un poder sin límites, creó un Consejo de la Magistratura a su medida que eligiera jueces federales que impidan cualquier investigación por supuestos hechos de corrupción de su gobierno, esto ya lo había hecho el Menemismo por otra parte.

Alguien tiene que cumplir el rol del equilibrio en el sistema político argentino, que lleve a la alternancia política como única forma de darle previsibilidad a nuestro país. Y ese rol lo debe jugar nuestro partido. Quedó demostrado entre tantas interpretaciones, en las multitudes que despidieron a nuestro Presidente Alfonsín.

De esta manera es una exigencia que debemos autoimponernos, no parecernos en nada al kirchnerismo, diferenciarnos de sus formas, no necesitamos hacer inventos, no necesitamos aplicar ingenierías electorales extrañas, - que no significa rechazar frentes políticos constituidos desde esa racionalidad - necesitamos ser lo que debemos ser, necesitamos ser esa fuerza transformadora que quiere el equilibrio en la búsqueda de una sociedad mejor, que camine hacia la conformación de una sociedad con mayor libertad e igualdad.

Para inventos está el Kirchnerismo, nosotros debemos ser el partido de la Racionalidad, que represente los intereses generales y no el de los amigos, que juegue con reglas claras, que tenga sentido de la responsabilidad, que rechace el pragmatismo, las fórmulas mágicas, los iluminados, las vedettes de la política, que construya política desde el partido y no desde fuera del partido.

Sólo así estaremos contribuyendo para frenar la locura K, para poder ver un horizonte distinto, para lograr la alternancia y una sociedad que comience a discutir ideas, ideas que configuren un país mejor, pensado a 20 o 30 años y no sólo para la próxima elección.